Lo que se enseña sobre la sexualidad en las escuelas



Más allá del feminismo y de su lucha de sexos que ha sustituido a la lucha de clases, más allá del animalismo y del transexualismo; más allá de todo ese inmenso circo, hay dos elementos esenciales que dan “sentido” —en fin…: así sea el sentido del sinsentido— al conjunto del fenómeno que hoy nos ocupa aquí.

Esos dos elementos que parecen contradictorios, pero que en realidad se complementan, pues buscan lo mismo son: por un lado, la autonomía del sujeto; por otro lado, la destitución o deconstrucción del sujeto y de cualquier instancia instituyente. La autonomía del sujeto implica, dicho de manera simple y contundente que las cosas son y el mundo es… porque y de la manera como a los hombres les da la santa y real gana que sean. “Tú quieres…, tú puedes”, como decía aquél. Todo es un asunto de voluntad, decisión y libertad.


Hasta el sujeto, es cierto, va a ser destituido, subvertido, deconstruido por los teóricos de la deconstrucción. Pero da igual. Ya sea mediante la afirmación soberana del sujeto (la que emprende el liberalismo), o ya sea mediante la destitución del sujeto y la afirmación nihilista de la nada (la que emprende el libertarismo), lo que importa es que nada sostiene el orden de las cosas. Nada garantiza lo verdadero, lo justo, lo bueno. Nada es sustancial. Nada se impone o existe por sí mismo.

Nada (creen) sostiene el orden de las cosas. Nada garantiza lo verdadero, lo justo, lo bueno.

Pero hay algo que se opone tercamente tanto al imperio de la subjetividad como al de la deconstrucción. Hay algo que existe de manera plena por sí mismo: la naturaleza.

Tal vez por ello el hombre moderno, y aún más el posmoderno, la desprecia y degrada tanto. Porque la naturaleza se alza, insolente, frente al poder de la pretendida autonomía humana. Porque la naturaleza le dice al hombre: no, amigo, no: te equivocas, tú no lo tienes todo. Tú, entre otras cosas, te vas a morir… mientras que yo, junto con mis mares, y mis cielos, y mis montes, y mis valles, yo voy a seguir ahí, surgida por mí misma y permanentemente presente.

Pero el hombre moderno, y sobre todo el posmoderno, dispone de los ingentes medios que le proporciona lo que el mismo Heidegger denominaba la técnica planetaria. Con esos medios en la mano el hombre no consigue, por supuesto, crear artificialmente naturaleza, “hacerla surgir”. Tampoco consigue arrasarla del todo: sólo dañarla, maltratarla. Pero lo que sí le permiten los medios de la técnica es desacralizar la naturaleza. Y al mismo tiempo desnaturalizarla (nunca mejor dicho…), menoscabándola, dañándola, privándola de su autenticidad.

Entre las desnaturalizaciones que la técnica permite se encuentra el cambio de sexo, hoy denominado “género”: la base misma sobre la que se asienta la ideología precisamente denominada “de género”, apoyándose para ello en un trastorno objetivo y lamentable,...


Fuente: elmanifiesto.com


Carácter y conducta de los hombres en los últimos días

1 Pero debes saber esto: que en los últimos días vendrán tiempos difíciles. 2 Porque los hombres serán amadores de sí mismos, avaros, jactanciosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, irreverentes, 3 sin amor, implacables, calumniadores, desenfrenados, salvajes, aborrecedores de lo bueno, 4 traidores, impetuosos, envanecidos, amadores de los placeres en vez de amadores de Dios; 5 teniendo apariencia de piedad, pero habiendo negado su poder; a los tales evita. 6 Porque entre ellos están los que se meten en las casas y llevan cautivas a mujercillas cargadas de pecados, llevadas por diversas pasiones, 7 siempre aprendiendo, pero que nunca pueden llegar al pleno conocimiento de la verdad. 8 Y así como Janes y Jambres se opusieron a Moisés, de la misma manera éstos también se oponen a la verdad; hombres de mente depravada, reprobados en lo que respecta a la fe. 9 Pero no progresarán más, pues su insensatez será manifiesta a todos, como también sucedió con la de aquellos dos .

La comisión

10 Pero tú has seguido mi enseñanza, conducta, propósito, fe, paciencia, amor, perseverancia, 11 persecuciones, sufrimientos, como los que me acaecieron en Antioquía, en Iconio y en Listra. ¡Qué persecuciones sufrí! Y de todas ellas me libró el Señor. 12 Y en verdad, todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús, serán perseguidos. 13 Pero los hombres malos e impostores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados. 14 Tú, sin embargo, persiste en las cosas que has aprendido y de las cuales te convenciste, sabiendo de quiénes las has aprendido; 15 y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden dar la sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús. 16 Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, 17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra.

2 Timoteo 3         La Biblia de las Américas