Podemos construir un ambiente sano, puro y santo para que la presencia de Dios se establezca de tal manera que transforme y traiga luz a los hogares, las ciudades y las naciones.
AMBIENTES:
1- Nuestro cuerpo. Es fundamental cuidar el cuerpo. No concibo la idea de que una persona madura no tenga gobierno sobre su cuerpo, sobre sualimentación.
La Iglesia, durante mucho tiempo tomó a la ligera este tema. Al punto tal, que muchas de nuestras reuniones sociales giran en torno a la comida.
Hoy en día, la obesidad es una de las pandemias que más está afectando la calidad de vida de las personas. Dentro de la Iglesia, esto no es una excepción.
La mala alimentación es la causante de muchísimas enfermedades y problemas que hacen a una mala calidad de vida. El ayuno es el diseño por excelencia para lograr gobernar sobre éstas dinámicas. Descontamina espiritual y corporalmente a las personas.
2- El medio ambiente en donde nos exponemos. El lugar, donde vivimos, el vecindario, nuestra casa. Existen barrios, en donde el ambiente no nos es favorable para que nuestros hijos crezcan, para conectarnos espiritualmente. Hay ambientes de narcotráfico, violencia, miseria en donde no vamos a poder crecer. Los hijos tenemos el acceso a lugares de residencia en donde la atmósfera no es la que Dios quiere para nosotros.
Hemos tenido casos de familias que vivían en villas o barrios sumamente peligrosos. Dios los exhortó a irse. Económicamente era casi imposible para esas familias, pero obraron en obediencia y en fe. Cuando decidieron irse Dios les proveyó de tal manera que sus vidas fueron enormemente prosperadas.
Hoy viven en casas y vecindarios hermosos. No se trata de lo estético, sino de los ámbitos en donde los hijos nos movemos. Nuestra casa. Los adornos, los programas de TV que se ven, la música que suena. Las prácticas y costumbres que tenemos como familia.
¿Es nuestra casa un ambiente en donde Dios pueda sentirse cómodo?
3- El día de reposo. Guardar este día para el Señor, entendiendo el día de reposo como un día apartado para Dios, meternos con él, renovarnos y regenerarnos espiritual pero también corporalmente, genera sin lugar a dudas un ámbito de sanidad y salud para luego poder seguir en la semana. Meternos en el día de reposo es meternos en el secreto de Dios. Es un ambiente que Dios nos brinda. Lamentablemente muchas veces utilizamos ese día para planificar reuniones sociales, comemos mal, no descansamos y mucho menos nos metemos a oír la voz de Dios. Es por ello que muchas veces no podemos acceder a la salud física, psíquica y espiritual que tanto anhelamos.
4- El cuarto ambiente es la congregación. La congregación no es para las personas. es para Dios. Por lo tanto debemos alinearnos conforme al diseño de Él. Debe ser un ámbito en donde las personas podamos confrontarnos y ser transformados a su imagen.
No podemos meter dentro de la iglesia diseños del mundo poniéndole el título de “cristiano” cuando su origen no es del cielo.
Géneros de música, formas de vestimenta, hábitos que nada tienen que ver con el cielo. Ya no se trata si es pecado o no. Sino, si a Dios le agrada y si generamos un ambiente en donde Él se sienta cómodo.
"Podemos construir un ambiente sano, puro y santo para que la presencia de Dios se establezca de tal manera que transforme y traiga luz a los hogares, las ciudades y las naciones."
Por el Dr. Sebastián Palermo, Escuela de Sanidad Integral
Fuente: (Video completo) https://youtu.be/FWE0DLn6bUk
Fuente: (Video completo) https://youtu.be/FWE0DLn6bUk
